Chimpancé

El CHIMPANCÉ (Pan troglodytes) es bastante menor que el gorila y, en proporción, tiene el tronco más corto. Los chimpancés adultos de sexo masculino pueden alcanzar, en posición erecta, una estatura que varía entre 1,30 m (que es una medida difícilmente superada por las hembras) y 1,60 m. Todos los machos adultos tienen hombros anchos y tórax macizo, en forma de tonel; el tórax es musculoso, pero no se distingue del tronco. Los brazos, muy largos, cuelgan por debajo de las rodillas y están muy musculados.
El chimpancé tiene el cuerpo recubierto por un pelo liso, ni velloso ni lanudo, generalmente de color negro profundo, pero que en algunos ejemplares aparece con reflejos castaño rojizos y mates.
Anda sobre las cuatro extremidades; repliega los dedos contra el hueco de la mano, cuyo dorso, por lo tanto, se halla cubierto por callosidades ambulatorias. Y, en cambio, utiliza el pie, tanto con los dedos plegados como extendidos. Hay que señalar que el chimpancé no consigue mantener durante largo rato la posición erecta y siempre tiende a apoyar las manos en el suelo.

No puede afirmarse que los chimpancés hagan vida social; es muy extraño hallar reunidos a más de cinco, y nunca a más de diez, prácticamente. Se reúnen en grupos más numerosos sólo cuando tienen ganas de jugar y divertirse en compañía. Son animales que construyen sus nidos sobre los árboles, a no excesiva altura, entrecruzando ramajes y ramitas que apoyan en una rama en horquilla, necesariamente sólida. Algunas veces aparece uno de estos nidos en la extremidad de una gruesa rama frondosa, a ocho, diez y hasta doce metros del suelo.
Los chimpancés no tienen vivienda fija. Cambian de residencia según las circunstancias, ya sea para proveerse de alimentos o por otros motivos. Los hallamos con mayor frecuencia en zonas montañosas, tal vez porque las llanuras cultivadas por los indígenas, son siempre menos boscosas y suelen carecer de árboles aptos para la construcción de sus nidos. Generalmente, hay en cada árbol un solo nido o, como máximo, dos, colocados, en este caso, a considerable distancia entre sí.

Para defenderse, el chimpancé es capaz de entablar con el hombre una furiosa lucha cuerpo a cuerpo; si teme ser capturado se resiste tenazmente, rodeando con sus brazos el cuerpo del adversario e intentando morderle con sus poderosos dientes.
El excepcional desarrollo de los caninos, observable en los chimpancés adultos, podría señalar su inclinación a alimentarse de carne. No obstante, los chimpancés se vuelven carnívoros únicamente cuando son domesticados por el hombre. Los dientes caninos, por lo tanto, tienen tan sólo una función defensiva, y cualquier chimpancé que se vea obligado a luchar contra un hombre los usará sin dudar un momento.

Inducido por su extraordinario deseo de aprender es capaz de interpretar los sucesos de una manera lógica y, por lo tanto, de sacar provecho de cada nueva experiencia. Es prudente, listo, tenaz en sus deseos, pero no obstinado: quiere tener lo que le corresponde, sin por ello pretender tener siempre razón. Es de humor mudable: alegre y vivaz hoy, puede ser mañana triste e irascible, según las circunstancias. Se halla muy a gusto con ciertas compañías, mientras otras le aburren. Le placen las bromas de buen gusto y únicamente éstas. Expresa sus sentimientos como podría hacerlo un hombre: aunque esté muy contento no ríe nunca y se limita a adquirir una graciosa expresión de hilaridad. En cambio manifiesta sus impresiones dolorosas acompañando las expresiones del rostro con lastimeros sonidos de los que resulta fácil captar el significado porque tienen mucho de humano. Toma cariño a quien le trata con benevolencia y es muy poco amable con los demás. Si está afligido por algún motivo, parece estar desesperado: se tira tierra sobre el dorso, se golpea con las manos y con los pies, se arranca y enmaraña el pelo. Indiscutiblemente existen otros monos de facultades intelectuales parecidas a las suyas, pero en el chimpancé estas facultades siempre encuentran una manifestación límpida, explícita y casi humana.

Es empero al trepar cuando desarrolla toda su agilidad; puede decirse que trepa como un hombre, en lugar de hacerlo como un animal. Es también extraordinario en cualquier ejercicio acrobático: se sujeta con los brazos a una rama o a cualquier otro sostén para exhibirse en larguísimos saltos que lo llevan de rama en rama; salta muy bien, pero sólo cuando está seguro de que puede hacerlo.
Además de la especie principal, Pan troglodytes troglodytes, existe otra variante de chimpancé: el BONOBO o CHIMPANCÉ PIGMEO (Pan troglodytes paniscus).
Esta interesante y rara forma de antropomorfo vive en la lluviosa selva situada al sur del río Congo y está tan estrechamente ligada a ese ambiente que su conservación condicionará para esa especie la supervivencia.
Respecto al chimpancé común el bonobo tiene, además de las dimensiones sensiblemente menores, un cuerpo más esbelto, un cráneo más esférico y orejas de menor tamaño; sus labios son rojizos. En el pie, el segundo y el tercer dedo se hallan parcialmente unidos.
Respecto al chimpancé común el bonobo tiene, además de las dimensiones sensiblemente menores, un cuerpo más esbelto, un cráneo más esférico y orejas de menor tamaño; sus labios son rojizos. En el pie, el segundo y el tercer dedo se hallan parcialmente unidos.
Poco se sabe de sus costumbres, si no es que vive en tribus, que pueden llegar a los treinta individuos. Parece tener un temperamento menos agresivo que el chimpancé mayor, respecto al que también parece demostrar una inteligencia más elevada.
Aunque en algunas ocasiones no parecen ser tan inteligentes como dicen.
Aunque algunos hagan cosas sorprendentes.
Eso si, en este vídeo se muestra como el chimpancé pudo der un antepasado común al ser humano por el uso de herramientas.
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